Qué duro es ser cibermadre. PHOTO: Getty Images |
La presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol |
- Necesitas potenciarte en Twitter-. Hecho
- Es obligatorio que tengas un blog-. Ahí estaba mi tarea pendiente.
Empecé a diseñar una web propia y, mientras, renovaba mi curriculum y seleccionaba mis trabajos más relevantes, no hacía más que pensar: ¿Y de qué puedo escribir? Es difícil ser fresco y novedoso ante el maremagnum de blogs que podemos otear en la red. ¿Comentar las noticias de la semana? ¿Relacionarlas? ¿Transmutarlas? ¿Ser mordaz con los políticos? Todo eso está más que trillado.
- Deberías centrarte en algo muy concreto -, me decían. Sí, pero en qué.
Al final fue Miguel, mi pequeño retoño recién nacido, y su padre, los que me dieron la idea a través de una foto, que mi marido tituló 'Mamá 2.0' con cierta sorna (y que, por supuesto, reenvió a todos nuestros contactos de Whatsapp).
Ésta soy yo pocas horas después de dar a luz |
No es que sea el colmo de la frescura y la novedad, pero de eso va a tratar este blog: de cómo las TIC han 'pervertido' algo tan puro y profundo como el 'amor de madre'; de cómo nos ayudan y desayudan; de cómo nos dejamos robar el tiempo y los momentos importantes... En definitiva, de los errores y los aciertos que las madres cometemos inducidas por la Red de Redes y todos sus secuaces.
Y que me perdonen los padres si me centro en el mundo femenino. Seguramente la mayoría de mis escritos se podrán trasponer al del progenitor masculino, pero hasta la fecha no he tenido experiencia como padre y no quisiera generalizar ni ofender. Espero poder tener material para dedicaros post sólo para vosotros.
Nos leemos, madres (y padres) de la Red.