viernes, 21 de octubre de 2016

#21 Viernes Dando La Nota: Cosecha del 86 - The Final Countdown

Hace unos días charlaba con el padre analógico sobre la posibilidad de escaparme al concierto que Europe dará el mes que viene en Madrid con motivo del 30 aniversario de The Final Countdown. Sí, queridos míos, 30 años se cumplen ya de aquella melodía de teclados reconocida en el mundo entero (que, comparados con los 90 que acaba de cumplir el tito Chuck Berry, no son nada); de aquella cuenta atrás que no suele faltar en el repertorio de ninguna orquesta de fiestas de pueblo que se precie; de aquellos pelos cardados llegados de frías tierras escandinavas que acapararon portadas tanto de la Heavy Rock como de la SuperPop, siempre confrontados con Bon Jovi... qué tiempos aquellos.

El caso es que, aprovechando la coyuntura, rebuscamos en nuestra estantería musical y nos dimos cuenta de que 1986 fue un año de grandes joyas musicales y de curiosidades cinéfilas: vimos por primera vez a David Bowie enfundado en el traje del Rey Jareth, malvado protagonista de Dentro del Laberinto; Bon Jovi publicaba su Slippery when wet, con temazos tan tremebundos como Livin' on a prayer; Kim Bassinger se despelotaba en Nueve semanas y media a ritmo de la versión de Joe Cocker de You can leave your hat on mientras Iron Maiden sacaba Somewhere in time; Jeff Goldblum se convertía en La Mosca casi al mismo tiempo que Metallica ponía en el mercado su Master of Puppets...

Era tan larga la lista (sobre todo la musical) que decidí cerrar los últimos VDLN de 2016 con esos discos concretos que este año han cumplido la treintena bajo el título 'Cosecha del 86'. Empezando, por supuesto, con mis suecos favoritos. Pero no eligiendo la canción más típica, porque ya todos la conocéis y de lo que se trata es de descubrir nuevas sensaciones, ¿no? Así que me quedaré con alguna de las composiciones menos escuchadas del disco en cuestión.

Primero un poco de historia patrocinada por Wikipedia. The Final Countdown fue el tercer álbum de estudio de Europe, el más exitoso de los suecos, que hasta la fecha ha vendido más de 6 millones de unidades en todo el mundo. En su listado no sólo está LA CANCIÓN (os voy dejando links, por si os apetece hacer un 'remember'). También incluye otras que lo han petado a lo largo del tiempo como Carrie (cuantos habréis arrimado cebolleta con esta baladita, ¿eh, bandidos?), Cherokee y Rock the night. Como curiosidad, muchas de las canciones del disco aparecen en Hot Rod (2007), una peli para pasar el rato y echarse unas risas que pasó sin pena ni gloria por alguna cartelera del mundo.

Aquí vuestra Cibermadre (antes de ser madre) con el cantante de Europe, Joey Tempest.
La eterna pugna de guapuras con Jon 'meestirolasarrugas' Bon Jovi la ganó este sueco cincuentón
y su cuerpo serrano 100% libre de botox

Entre las que quedan mi favorita es Ninja. Aquí os dejo un vídeo que, creo, no es muy oficial, pero da el pego y transmite ese sentir ochentero que tanta nostalgia nos despierta a algunos.


Con el cariño que les tienen en Japón y la pasta que se dejan los nipones en música, no es de extrañar que les hicieran guiños de vez en cuando. Es más, su compañía de discos no sería la primera ni la última que 'invitase' a sus músicos a dorarle la píldora a los oriundos de la tierra del sol naciente. Ésta en concreto no es que sea el colmo de la composición, pero queda fetén en los conciertos... ¡¡Ninja Survive!!

¡¡Feliz y musical fin de semana para todos!!


 


domingo, 16 de octubre de 2016

Cambio de generación, cambio de pantalla a la hora de comer

Una de las cosas que recuerdo de mi niñez es mi adicción a la televisión. Mi madre cuenta muchas veces que en cuanto fui capaz de llegar al botón de encendido de la caja tonta (probablemente con menos de dos años) lo primero que hacía al despertar, o al volver de la calle, era encender el televisor. Aunque luego no lo viese y me fuese a mi cuarto a jugar, pero no permitía que se apagara.

Sólo había una tele en casa y siempre estaba de peleas con mi abuelo, que vivió con nosotros desde que se quedó viudo recién jubilado hasta que murió a los 88 años, por elegir cadena a la hora de comer: o telediario o dibujos animados. Esa era la cuestión. Y siempre había un ganador: el tubo de rayo catódico. Comíamos embobados sin charlar, sin mirarnos. Sólo con la vista fija a la pantalla.


El tiempo pasó, nuestro cuerpo cambió (la tele perdió culo y yo lo gané). Y ahí seguimos las dos, compartiendo penas y alegrías, aunque nuestra relación se ha enfriado. Ya no me peleo con nadie porque no hay ningún contenido que me retenga. En realidad ya sólo la utilizo, le dejo a los niños para que los entretenga: a veces con Clan y otras con Teledeporte. A veces pienso que debería ser sincera y contarle que la he traicionado con mil y un dispositivos, táctiles o no, que ya no la necesito como antes, que ya no conectamos como antes...

Y, de repente, llega la noche, la hora de la cena y ahí estamos, papá y mamá, frente a la pantalla, dejando que nuestros cerebros se dispersen con algo sencillo de digerir. Y, como no, siempre están cerca los smartphones, por si hay que twittear algo, y la tablet, por si alguno se aburre y se quiere echar una partida al Crossy Road (pero qué fan soy de este juego). Pantallas, pantallas y más pantallas.

Una hora antes, los enanos han cenado en la cocina. Sin tele, pero con tablet. He de decir que en los últimos meses ha estado más apagada que encendida, pero hay días en que la reclaman y no se la puedo negar, siempre que se hayan portado bien, claro. Después de un largo día de colegio, de academias, de deberes... ellos también necesitan su momento de dispersión.

ESTUDIOS QUE NOS MUESTRAN NUESTRA IMPERFECCIÓN

¿A qué viene esto? Quería enlazar esta reflexión a un estudio que CinfaSalud acaba de publicar aprovechando el Día Mundial de la Alimentación, que se celebró el 16 de octubre, y que ha sido realizado con una muestra de 3.000 padres y madres de niños de entre 6 y 12 años. Titulado Percepción y hábitos de salud de las familias españolas sobre nutrición infantil, asegura que el 71% de los niños españoles comen con una pantalla (cualquiera) delante. De ese total, más del 25% lo hace de forma habitual y, según el estudio, éstos tienen más papeletas de sufrir sobrepeso y obesidad que los que no lo hacen.

Según el doctor Cristóbal Coronel, secretario y miembro del grupo de trabajo de Nutrición y Patología Gastrointestinal de la Sociedad Española de Pedriatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap), las pantallas "deben aparcarse durante la comida, porque impiden disfrutar de las texturas y sabores de los alimentos. Además, no permiten la conversación familiar y anulan cualquier posibilidad por parte de los progenitores de inculcar a sus hijos e hijas hábitos saludables a la mesa, que les ayuden a prevenir el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas de base nutricional en la infancia como la diabetes o la hipertensión".


No digo que no sea verdad pero no estoy del todo de acuerdo con ese razonamiento. No se trata sólo de ver la pantalla mientras uno se come el filete (a mí, personalmente, ese entretenimiento me ha ayudado a comer más despacio y a no devorar, como desaconseja la comunidad médica). Se trata de alimentarse de forma variada comiendo cantidades razonables, algo que estamos perdiendo por pereza, por falta de tiempo o por no discutir con los niños. Cenar salchichas, pizza u otros alimentos precocinados es un clásico en las noches de 'no sé qué hacerles hoy a los niños' cuando sería mejor una ensalada, un pescado o unas verduras a la plancha.

Se trata de salir a pasear, a correr, a saltar... de jugar en la calle todo lo que podamos para quemar calorías y socializar. Pero, claro, a veces es más fácil dejar a los niños aparcados frente a la tele mientras terminamos de hacer limpiezas, comidas, cenas, mandar mails o, muy de vez en cuando, jugar al Crossy Road.

Se trata de hacerles almorzar y merendar fruta de forma habitual, de que desayunen, de que duerman las horas que necesitan... Según el estudio, casi el 83% de los niños no desayunan correctamente. ¿Y qué es desayunar correctamente? "Un lácteo, un cereal y una fruta", dice el doctor González Zorzano, experto en nutrición del Departamento Médico de Cinfa, que añade que sólo el 11,7% de los niños toma fruta en el desayuno y que el 17,6% bebe zumo natural (es un hecho: en mi casa y en la de muchos otros se bebe de brick). El informe también advierte de que el 12,2% de los menores españoles sigue tomando bollería industrial en el almuerzo y que el bocadillo sigue siendo el tentempie favorito de padres y niños.

No, señor. El problema no está en mirar la pantalla mientras nos alimentamos. Si nuestros hijos siguieran a rajatabla las recomendaciones de los nutricionistas pero, por el contrario, comiesen y cenasen (equilibradamente) delante de Peppa, Pocoyo, Chase y compañía, ¿caerían en el pozo de la obesidad y la diabetes? No estoy muy segura de ello, de hecho creo que merecería la pena llevar a cabo el experimento.  
¿Alguien se anima?

jueves, 13 de octubre de 2016

#20 Viernes dando la nota: Games&Symphonies

Después de una eternidad sin ponerme a meditar en voz alta sobre el mundo musical findesemanero, hoy me he decidido a retomar esto de los VDLN. Y no porque le hayan dado el Nobel de Literatura a Mr. Bob Dylan (que no digo yo que no se lo mereciera, con la de poesías que lleva a sus espaldas, pero...).

En realidad voy a aprovechar el espacio y el momento para hablaros de un proyecto que he conocido en los últimos días, una iniciativa que me ha vuelto los ojos del revés. Se llama Games&Symphonies, en el que se une la condición friki-videogamer con el amor incondicional al arte musical. Este fin de semana, el sábado 15 para ser exactos, van a celebrar en el Palau de la Música de Valencia un encuentro espectacular (con todos los significados que conlleva la palabra) que desgraciadamente me voy a tener que perder por mi condición de madre. Habrá charlas, debates, stands... y como colofón final, un pedazo de concierto orquestal con música de videojuegos.

Para muestra, un botón... y el vídeo promocional:


Entre los compositores que estarán presentes en este monumental homenaje a los videojuegos estarán: Mateo Pascual, Damián Sánchez, Gryzor87 y David García, que han participado en juegos como Commandos y sus secuelas, Anima: Gate of Memories, Blues&Bullets, Maldita Castilla, Hydorah, Hellblade y Deadlight.

Una de las que parece que caerá seguro será la canción del juego de matadragones, espadazos y hachazos Skyrim. Uno de esos que no nos gustan nada a los frikipadres para pasar el rato mientras nuestras tiernas criaturitas duermen la siesta.


Desde aquí queremos hacer un llamamiento a sus creadores: Adrián Ronda, director musical; Vicent Tobar, compositor, arreglista y jefe del equipo multimedia; y Juan Pablo Ordóñez, director creativo y productor, para que no falten grandes clásicos como...






¡FELIZ FRIKI Y MUSICAL FIN DE SEMANA!


 

lunes, 10 de octubre de 2016

South Summit y las inteligencias múltiples

Estos días me he estado dando un garbeo por South Summit. Para los que no lo conozcáis, se trata de uno de esos grandes paradigmas del networking que tiene lugar en Madrid, centrado en el campo tecnológico: stands, ponencias, mesas redondas, reuniones, reuniones y más reuniones... Y en torno al evento gira un concurso de jóvenes empresas, 100 para ser exactos (que este año han sido elegidas de entre más de 3.000 candidatas), que presentan sus proyectos frente a un gran número de posibles inversores nacionales e internacionales.

Es poco más o menos como una pasarela tecnológica en la que se demuestra que en España no estamos pelando la pava, como acostumbramos a pensar, y que tenemos grandes genios saliendo de nuestras universidades con interesantes ideas tecnológicas saliendo de sus cabezas. Es más, junto con la Fundación Créate, South Summit organiza The Next Big Thing, un concurso para alumnos de 5º y 6º de primaria que han realizado en el colegio proyectos de emprendimiento.

Los participantes de la edición 2016 de The Next Big Thing


Aunque me encantaría entretenerme hablando de los 100 finalistas de la competición de startups y de otras múltiples opciones que este año ha ofrecido el encuentro, voy a poner el foco en el apartado educativo, del que han surgido un par de opciones para compartir con nuestros peques, tablet o smartphone en mano, muy similares entre sí.


Una de ellas ha sido CuiCui Studios, una compañía asturiana que desarrolla juegos para estimular la mente basándose en la teoría de las inteligencias múltiples. Es decir, partiendo de la base de que todos tenemos desde que nacemos un 'punto fuerte' que no tiene nada que ver con el rendimiento académico, y que si se desarrolla desde la más tierna edad puede hacernos grandes en esa materia a medida que avancen los años (tenéis una información más completa y rigurosa en la Wikipedia).

Por el momento, sólo tienen disponible para dispositivos Apple la aplicación Boogies Academy, dirigido a niños de entre 6 y 8 años, aunque tienen en mente expandir su negocio con juegos para niños en edad preescolar (Baby Boogies) y para adultos (Cuibrain) al más puro estilo 'Brain Trainning'. Gracias a este plan de futuro, la compañía se alzó en South Summit con el premio a mejor startup educativa y, dos días más tarde, con el premio Emprendedor XXI en Asturias de La Caixa.

¿Qué tienen de especial sus juegos? No sólo se trata de aprender jugando, algo que a los padres nos encanta pero que es poco novedoso, las cosas como son. La novedad radica en que con la cuenta que el hijo tiene para jugar hay una paralela para que el padre vaya siguiendo sus progresos y observando en qué 'inteligencia' destaca más. Tienen una metodología propia, llamada TOI (Tree of Intelligences), con la que nos ofrecen análisis y estadísticas de la evolución de la criatura y que es capaz de despejar nuestras dudas sobre los intereses más profundos de nuestros pequeños.

Obviamente, no he podido resistirme y estos días he estado probando el juego que hay disponible de forma gratuita con nuestro hijo mayor, que tiene 6 años. NOTA: la versión gratuita sólo deja jugar a cuatro juegos diarios, lo cual está muy bien para limitar sin conflictos a esos niños psicópatas de las pantallas (como el mío). Lo malo es que no permite ver todos los análisis posibles. Para acceder a mayores contenidos y análisis hay que pagar 3 euros mensuales.

Nada más descargar y  abrir, el padre debe crear una cuenta para poder recibir los resultados. En cuanto este trámite pasa, es el niño el que juega: se mete de lleno en el mundo de los Boogies, unos monstruos peludos achuchables con diferentes características. Para arrancar, cada peque debe configurar su Boogie propio que podrá ir personalizando más y más a medida que vaya consiguiendo monedas en los juegos. Una vez terminado este trámite, aparece un escenario con varios mundos que recopilan minijuegos de entrenamiento cerebral: sonidos musicales, matemáticas, relación de colores... Es bastante entretenido.

SMILE AND LEARN
En una línea muy similar a la de CuiCui Studios, en South Summit también se presentó Smile and Learn, otra plataforma digital basada en las inteligencias múltiples. El sistema es el mismo: el padre descarga (está disponible para Apple y Android) y crea una cuenta y luego deja jugar a sus criaturas. En este caso, a medida que vaya entrando en juegos, la plataforma los irá descargando.


Está dirigido a niños de entre 2 y 10 años. Hasta donde hemos llegado, son juegos más sencillos, más tradicionales: el típico Memory, explotar pompas siguiendo un patrón, puzzles... y siempre da la opción de adecuar el grado de dificultad a la edad y las capacidades del niño. La versión gratuita te deja jugar a una docena de juegos sin límite. Tiene también una biblioteca de cuentos a la que sólo se puede acceder en la versión de pago (también 3 euros al mes).

Eso sí, aprovechando que la aplicación puede adaptarse a pizarras digitales, Smile and Learn está cediendo de forma gratuita todos sus contenidos a los centros educativos que lo soliciten, de la misma forma en que también está generando títulos muy determinados para alumnos de Educación Especial. Una oportunidad interesante para añadir a los contenidos cibernéticos que los profes ofrecen a sus niños.

Desde aquí os animo a probar y a contarme vuestra experiencia. ¿Qué os ha parecido?