lunes, 14 de noviembre de 2016

Jefe, ¿puedo salir a mi hora?

La semana pasada fui incapaz de recoger ni un sólo día a los niños de sus respectivos coles. ¡Y eso que soy autónoma y trabajo normalmente desde casa! Pero los benditos abuelos siempre están ahí para cuando vas de cráneo con las entregas. Para llevar a la piscina, o a inglés, o para darles de merendar mientras yo estoy repoblando blogs, revisando redes sociales, atendiendo llamadas... todo a lo Nacho Cano, con pantallas y teclados por doquier.

Peor lo tiene el padre analógico, que a parte de lidiar con cierres infernales y gobiernos que se presentan al público más allá de las 19 horas (y así es como el 'nuevo' Ejecutivo de Rajoy empieza a tomar medidas por la conciliación), también debe enfrentarse al temido monstruo de los atascos, si es que quiere llegar, al menos, a la hora de la cena.

Lógicamente, este noviembre de horror mediático papá periodista se ha perdido algún cuento de buenas noches. Y así seguirá siendo, salvo que la rutina de los grandes gerifaltes cambie. Y digo yo: ¿por qué hay tantos directivos y altos cargos que no saben llegar pronto a su casa? Porque yo me he encontrado con muchos que, sin haber nada grave o urgente que resolver, se han quedado delante del ordenador. Como si no tuvieran una familia con la que hablar después de una larga jornada de trabajo; o unos amigos con los que tomarse una cerveza; o una película en el cine para disfrutar; o un gimnasio en el que sudar; o una casa de la que disfrutar y un sillón en el que tumbarse a leer un buen libro (electrónico o en papel).

Un rincón para desconectarse del correo, del móvil y de las miradas inquietas de los que se quedan calentando el asiento para hacerle la pelota. O, peor aún, de los que se quedan más allá de su hora estipulada por contrato porque ese jefe que no tiene vida le amenaza con miradas a lo Anakin Skywalker días antes de pasarse al lado oscuro cuando le ve ponerse el abrigo.

- ¿Queda algo, jefe?
- Estoy esperando el OK de la central
- ¿Eso quiere decir que me puedo ir?
- (silencio sepulcral)

Cuando el futuro de la empresa depende de ese OK puedes llegar a entenderlo pero, demonios, cuando el OK puede esperar a mañana, ¿por qué en multitud de casos se alarga la letanía? Y si esa letanía se repite día sí, día también, ¿no sería más lógico instaurar turnos de trabajo para cubrir ese espacio dedicado a las emergencias? O contratar a alguien más, que vivimos en un país en el que la tasa de paro sigue rondando el 20% y falta hacen nuevos puestos...

¿Esos jefes no valoran la posibilidad de que, si existe algún contratiempo de urgencia, las tecnologías con las que contamos hoy en día permiten trabajar desde casa? Y cuando digo 'de urgencia', señores directivos, no me refiero a todos los días.



#SALPUNTUAL: LA LUCHA DE UNA MULTITUD
A todos los que sufrimos el mal endémico del calentamiento de la silla de trabajo, una importante masa crítica, internet nos ha dado armas que han fomentado un cierto empoderamiento (pobre pero 'honrao'). Principalmente de unión, de protesta y de puesta en común de posibles soluciones.

Uno de los movimientos más destacados en los últimos días ha sido el de #salpuntual, promovido por la iniciativa #mamiconcilia, cuyo objetivo es el de llamar a la reflexión sobre la cultura del presentismo. "¿Por qué no nos vamos a casa cuando se cumple nuestro horario? Muchas veces porque tenemos cierta fobia a salir el primero de la oficina, porque tenemos miedo de que se entere el jefe ya que, por regla general, en España se premia calentar el asiento", razonan desde la organización.

Y no les falta razón. De hecho, para realizar tales afirmaciones, se apoyan en dos datos inquietantes. Uno proviene del informe  Diagnóstico de la igualdad de oportunidades en la pyme española, realizado por la Fundación Mashumano: “El 70% de las pymes considera más productivo a aquellos trabajadores que permanecen largas jornadas en sus puestos de trabajo, penalizando a aquellos que, aún cumpliendo sus objetivos, cumplen los horarios”. El otro, de la III Encuesta Adecco sobre Presentismo Laboral: "El 53% de las empresas españolas reconoce tener trabajadores presentistas, un 13,2% más que en 2015”. En definitiva, que cada día vamos a peor.

Con el fin de hacer despertar a jefes y empleados y de demostrar que calentar la silla no es sinónimo de mejores resultados, en septiembre de 2014 #mamiconcilia y la plataforma Mujeres Directivas importaron a España (y a otros países de habla hispana) el Go home on time day (Día de irse a casa a tiempo) que se celebra en Reino Unido desde el año 2000. Para que tuviera más tirón en España, se rebautizó con el nombre #salpuntual.

Este día oficial siempre se celebra siempre en miércoles. En 2016, la tercera edición celebrada en España ha preferido no centrarse en un día, que sabe a poco, sino en algo más de un mes, tomando como referencia de inicio la jornada británica (el 5 de octubre) y de final, la australiana (el 16 de noviembre). En este tramo seguramente hemos sido pocos los que hemos cumplido, pero hemos conseguido reflexionar sobre la productividad en el trabajo y sobre el bienestar que nos ofrece salir del trabajo a nuestra hora.

"Estamos convencidos de que si salimos puntuales del trabajo comprobaremos que no solo no se hunde el mundo, sino que probablemente incluso somos más productivos que el resto de los días. Si invirtiéramos el hábito y lo hiciéramos todos los días, abordaríamos el trabajo con más motivación y energía", afirman desde #mamiconcilia. 



PROPUESTAS PARA CONSEGUIR EL OBJETIVO

Desde #salpuntual nos ofrecen una serie de ideas (que esta vuestra Cibermadre ha aderezado con alguna propia) para alcanzar el objetivo no sólo un día, sino (casi) todos. Y se pueden aplicar seas jefe o no (de verdad que se puede, jefe):

  • Ponte una alarma en el móvil 10 minutos antes de tu hora de salida, para rematar lo que estás haciendo, planificar el día siguiente y recoger. Pega un post-it en tu mesa de trabajo a modo de recordatorio.
  • No pierdas el tiempo con cafés eternos, cigarros constantes en la puerta de la oficina, mirando el whatsapp, el facebook, el twitter, el instagram... Céntrate en lo que debes para tenerlo todo listo a la hora de salida.
  • Comparte la idea con tus compañeros, así te costará menos salir el primero. Y difúndela entre tus contactos por mail, whatsapp o redes sociales (ojo, en tu tiempo libre, no te despistes que luego te toca quedarte haciendo horas extras).
  • Haz planes que te apetezcan siempre que puedas, y mejor acompañado. Si no sales puntual, quedarás mal con alguien que te importa.
  • Sácate una foto disfrutando de tu tiempo libre y ponla visible en tu lugar de trabajo para que te recuerde que merece la pena salir puntual, y no solo el día de #salpuntual.
  • Comparte con los demás los beneficios para cuerpo y mente que te ofrece el estar a tu hora fuera del trabajo. No hay nada como darle envidia a los tuyos para crear escuela.
  • Aborda la tarea más importante a primera hora y termina la jornada con tareas rutinarias, ni importantes ni urgentes.
  • Evita reuniones a última hora
  • Cuando salgas por la puerta, desconecta. Deja el ordenador en la oficina, apaga el móvil de empresa (si puedes, claro). Y ni se te ocurra llevarte trabajo a casa. Si no, de poco sirve salir puntual.
¿Y a ti? ¿Se te ocurre alguna idea? 
 ¡Y recuerda que el 16 de noviembre hay que salir puntual!

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