Cuando llegué a la universidad, apenas conocía medianamente bien a Metallica y AC/DC. Fue entonces cuando el padre de mis dos becerrillos me abrió las orejas a un mundo musical fascinante que me inspiraba y me hacía volar... sin drogas, ¿eh?
En aquellos días conocí a Mötley Crüe (porque este #VDLN va de Mötley Crüe, no de los blueseros Dr. Feelgood, no vayáis a liaros), unos 'jovenzuelos' de Los Angeles de largos cabellos cardados, mayas, cadenas y tatuajes, que llevaban prácticamente tocando un cuarto de siglo cuando yo los descubrí. Sabía de su existencia gracias a la mediática relación de su batería, Tommy Lee, con la exuberante Pamela Anderson. Es decir, conocía su vida sexual antes que la musical. Y cuando la última llegó a mis oídos en forma de 'Greatest Hits', no quise saber de ninguna otra banda en mucho tiempo.
Entre mis temas favoritos de los angelinos está, como ya habréis adivinado, Dr. Feelgood, un medio tiempo buenrrollero incluido en un disco homónimo publicado en 1989 que se colocó en el primer puesto del Billboard 200 de EE.UU. De hecho, son muchos los que consideran que es el mejor disco de la banda. Producido por Bob Rock, contó con la colaboración de invitados estelares, como Brian Adams o Steve Tyler. Lo curioso del asunto es que se grabó cuando no había nada de 'feelgood' entre los miembros de la banda, después de muchas terapias de desintoxicación. Es más, se dice, se habla, se comenta que cada uno grabó su parte por separado para evitar un conflicto mayor. Sobra decir que fue el último gran disco de Mötley Crüe.
DE LA MÚSICA A LA LITERATURA
Tal fue el interés que suscitó la banda en mí que pronto cayó en mis manos, en forma de regalo de cumpleaños, un libro que a todos recomiendo: Los Trapos Sucios, la biografía de Mötley Crüe como banda contada por sus propios miembros. Mientras leía sus escarceos con el sexo, las (muuuuuchas) drogas, el alcohol, los coches a 200 kilómetros por hora... en definitiva, sus Dr. Feelgoods particulares, me preguntaba una y otra vez cómo era posible que siguieran vivitos y coleando.
Son dignas de lectura sus peleas con Axl Rose (líder de Guns'n'Roses) y sus tejemanejes con otros amantes de la laca norteamericanos: Hanoy Rocks |
El cantante, Vince Neil, cuenta cómo le faltó un pelo y medio para matarse en un accidente de tráfico; Nikki Sixx, bajista y líder de la banda, también explica con pelos y señales cómo estuvo a punto de irse al otro barrio después de una sobredosis. El más sano (o menos perjudicado) es el guitarrista Mick Mars, uno de los que más desmejorado está a causa de una espondilitis anquilosante, una enfermedad degenerativa de los huesos que le tiene medio destrozado y que muchas veces le ha impedido tocar. Aunque también tuvo que desintoxicarse antes de grabar Dr. Feelgood. Y Tommy Lee tampoco ha llevado una vida monacal, que digamos. Sobrevivió a Pamela, qué más podemos decir.
EL APUNTE
No se puede cerrar este post sin mostrar algunos de los solos de batería de Lee, amante, sin duda, de los parques de atracciones y de tocar cabeza abajo.
Creemos que antes de estos conciertos que aquí os dejo, el 'drummer' cambiaba la cocaína por la biodramina... Si a mí me meten ahí sin drogas de ningún tipo, vomito a la primera vuelta, fijo.
Este último es un poco largo, pero digno de ver. El circo que monta para lucirse es espectacular.
¡¡RESPIRAD ALIVIDADOS!! ¡¡POR FIN ES VIERNES!!