viernes, 25 de septiembre de 2015

Viernes dando la nota #2: ¿Qué me pasa, Dr. Feelgood?

Nunca fui una pionera del metal, a pesar de haber nacido el mismo año en que Barón Rojo sacaba su 'opera prima', Larga vida al rock and roll. Y, además, en el seno de una familia pseudo vallecana (vamos, que llegaron del pueblo para asentarse en este insigne barrio madrileño).

Cuando llegué a la universidad, apenas conocía medianamente bien a Metallica y AC/DC. Fue entonces cuando el padre de mis dos becerrillos me abrió las orejas a un mundo musical fascinante que me inspiraba y me hacía volar... sin drogas, ¿eh?

En aquellos días conocí a Mötley Crüe (porque este #VDLN va de Mötley Crüe, no de los blueseros Dr. Feelgood, no vayáis a liaros), unos 'jovenzuelos' de Los Angeles de largos cabellos cardados, mayas, cadenas y tatuajes, que llevaban prácticamente tocando un cuarto de siglo cuando yo los descubrí. Sabía de su existencia gracias a la mediática relación de su batería, Tommy Lee, con la exuberante Pamela Anderson. Es decir, conocía su vida sexual antes que la musical. Y cuando la última llegó a mis oídos en forma de 'Greatest Hits', no quise saber de ninguna otra banda en mucho tiempo.

Entre mis temas favoritos de los angelinos está, como ya habréis adivinado, Dr. Feelgood, un medio tiempo buenrrollero incluido en un disco homónimo publicado en 1989 que se colocó en el primer puesto del Billboard 200 de EE.UU. De hecho, son muchos los que consideran que es el mejor disco de la banda. Producido por Bob Rock, contó con la colaboración de invitados estelares, como Brian Adams o Steve Tyler. Lo curioso del asunto es que se grabó cuando no había nada de 'feelgood' entre los miembros de la banda, después de muchas terapias de desintoxicación. Es más, se dice, se habla, se comenta que cada uno grabó su parte por separado para evitar un conflicto mayor. Sobra decir que fue el último gran disco de Mötley Crüe.



DE LA MÚSICA A LA LITERATURA
Tal fue el interés que suscitó la banda en mí que pronto cayó en mis manos, en forma de regalo de cumpleaños, un libro que a todos recomiendo: Los Trapos Sucios, la biografía de Mötley Crüe como banda contada por sus propios miembros. Mientras leía sus escarceos con el sexo, las (muuuuuchas) drogas, el alcohol, los coches a 200 kilómetros por hora... en definitiva, sus Dr. Feelgoods particulares, me preguntaba una y otra vez cómo era posible que siguieran vivitos y coleando.

Son dignas de lectura sus peleas con Axl Rose (líder de Guns'n'Roses) y sus tejemanejes con otros amantes de la laca norteamericanos: Hanoy Rocks

El cantante, Vince Neil, cuenta cómo le faltó un pelo y medio para matarse en un accidente de tráfico; Nikki Sixx, bajista y líder de la banda, también explica con pelos y señales cómo estuvo a punto de irse al otro barrio después de una sobredosis. El más sano (o menos perjudicado) es el guitarrista Mick Mars, uno de los que más desmejorado está a causa de una espondilitis anquilosante, una enfermedad degenerativa de los huesos que le tiene medio destrozado y que muchas veces le ha impedido tocar. Aunque también tuvo que desintoxicarse antes de grabar Dr. Feelgood. Y Tommy Lee tampoco ha llevado una vida monacal, que digamos. Sobrevivió a Pamela, qué más podemos decir.

EL APUNTE
No se puede cerrar este post sin mostrar algunos de los solos de batería de Lee, amante, sin duda, de los parques de atracciones y de tocar cabeza abajo.



Creemos que antes de estos conciertos que aquí os dejo, el 'drummer' cambiaba la cocaína por la biodramina... Si a mí me meten ahí sin drogas de ningún tipo, vomito a la primera vuelta, fijo.


 Este último es un poco largo, pero digno de ver. El circo que monta para lucirse es espectacular.


 ¡¡RESPIRAD ALIVIDADOS!! ¡¡POR FIN ES VIERNES!!


viernes, 18 de septiembre de 2015

Viernes dando la nota #1: KISS y la música disco

Esta semana me quiero sumar al carnaval de blogs Viernes Dando la Nota, que he descubierto en los últimos días a través de las redes sociales. El tema musical siempre me ha tocado la fibra, y como encima me dejan hablar de melenudos a mi bola en un medio tecnológico, el interés se multiplica por cinco.

No sabía con qué canción darle color a mi puesta de largo. Después de mucho pensar, me he decantado por la primera canción de rock que le gustó de verdad al pequeño Dani, que no es, ni más ni menos, que 'I was made for lovin you' de KISS, un temazo de 1979 incluido en su álbum 'Dinasty', que vendió millones de copias.

Dani, que ahora tiene cinco años, se aprendió el estribillo de la canción cuando estaba en la guardería, y me amenizaba el camino de vuelta a casa cantándolo una y otra vez. Tanto le gustaba que terminó como melodía del móvil de mamá. Y ahí sigue. Eso sí, sólo para cuando llama papá (Judas Priest y su 'Breaking de law' son los que mandan en mi smartphone).



Por supuesto, de ahí saltó a otras grandes composiciones de la banda, como 'Shout it out loud', 'I wanna rock'n'roll all night', 'Lick it up'... todas ellas de estribillo facilón, lo mejor para captar a los pequeñajos a la causa rockera. Hasta aprendió a pedirle canciones al camarero de un bar heavy que frecuentábamos hace unos años: "Jose, ponme una de los KISS", decía el enano con dos años.

Gene Simmons, ese abuelo dulce y delicado que todo niño querría tener
CURIOSIDADES VARIAS
Este medio tiempo compuesto por el cantante y guitarrista de la banda, Paul Stanley, ha destacado en la industria musical por ser la perfecta simbiosis entre rock duro y música disco. Una música disco que sus fans repudiaban por aquel entonces y que consiguieron meterles entre ceja y ceja sin despeinarse.

De ello se ríen en la película 'Detroit Rock City', que aquí se llamó 'Cero en Conducta', un largometraje de 1999 ambientado en el año 1978 (un año antes de la publicación de la canción en cuestión). Trata de cuatro chavales se van de 'road trip' para ver un concierto de KISS. Por el camino se encuentran, entre otros, a un grupo de freaks de la música disco con el que acaban intercambiando algo más que palabras.

Una de las discotequeras les comenta delicadamente que, más tarde o más temprano, los KISS también sucumbirán a los encantos del estilo que encumbró a los Bee Gees. Pero los cuatro protagonistas no pueden sino reírse en sus narices, porque sus ídolos son auténticos y nunca caerán en esas malignas redes. La gracia del asunto es que un año más tarde la banda publicaría su canción más discotequera.

Si no la habéis visto, os la recomiendo encarecidamente. Tiene una banda sonora brutal: Black Sabbath, AC/DC... y KISS, claro. Entre sus protagonistas está un jovencito (y un poco macarra) Edward Furlong. Es ideal para echarse unas risas. Pero sin niños, ¿eh? Que hay mucha palabrota y mucha escena inapropiada.Y para muestra, un botón...



Y recordad... ¡¡POR FIN ES VIERNES!! (dando la nota)

jueves, 17 de septiembre de 2015

The Etiqueta Horror Picture Show

Otra vez de retrasos. Si es que, entre los niños, el curro, las fiestas del pueblo y las maletas de aquí para allá no sé ni cómo respiramos todavía...

Menos mal que ya hemos vuelto a la normalidad. Sólo nos queda acabar con las etiquetas... las de la ropa, ¿eh? No vayáis a pensar en algo digital.Ya, ya sé que hace más de una semana que empezó el cole, y casi dos desde que arrancó la guardería, pero es que cada año lo llevo peor. Encima, este curso tengo que pegar el doble porque el 'pequeño saltamontes' ya ha entrado en materia.

Todavía recuerdo cuando Dani empezó la guarde, hace ahora 5 años. Pretendí convertirme en madre coraje como la mía, que bordaba mis iniciales en todas mis prendas de ropa.. Sin embargo, teniendo en cuenta mis limitados conocimientos de costura y la enorme pila de ropa que había que marcar, lo deseché antes de terminar la primera D.

Lo siguiente fue el rotulador indeleble, rápido pero poco eficaz. Al final las letras se emborronaban, o desaparecían con los lavados, y no sabías si ponía Daniel o Federico.

La tercera opción fue la típica tira blanca para cortar y pegar con plancha. Después escribes sobre ella con el boli 'especial' que lleva incluido... ¡y listo! Hasta que lo lavas tres veces, la tira se despega y se queda en blanco. Vamos, que después de todo el trabajo de escribana y planchadora, luego te toca coser y repintar. No obstante, si alguna de vosotras ha picado y no sabe qué hacer con el rollo, sabed que este sistema es perfecto para esas tiras largas que hay que coserle a los abrigos para que los peques los cuelguen en sus percheros. Es para lo único que me ha servido a mí.


Como de costumbre, la blogosfera trajo a mí la solución. A través del blog de Midibu4U conocí la empresa Stikets, fundada por dos mamás residentes en Barcelona que estaban tan hartas como yo del momento etiqueta. Stephanie Marko y María José Rivas llevan desde 2010 'fabricando' sencillas, a la par que originales, estampas con los nombres de cientos de niños que tienen que llevar su ropa y su material escolar marcados a las aulas.

Tienen etiquetas grandes, pequeñas, para ropa, para libros, para lápices, para zapatos, maletas... y no sólo eso. En su tienda online también puedes encontrar pulseras identificativas para niños despistados que se pierden fácilmente, y un montón de vinilos, algunos de pizarra para pegar en las paredes de los peques y que estos puedan pintar y repintar todas las veces que quieran.


Yo, por el momento, sólo les he comprado etiquetas para ropa. El año pasado encargué tropecientasmil y todavía las estoy aprovechando. De hecho, en este curso se las estoy pegando también a las prendas del pequeño, una técnica fatal para fomentar su autoestima, evitar comparaciones y todos esos rollos, pero es que en esta casa intentamos ser prácticos y aprovecharlo todo... además, que con la cabeza que tengo terminaría poniendo las etiquetas del uno en las ropas del otro.

Las que yo tengo son termoadhesivas, o sea, van pegadas con plancha, aunque a diferencia de las tiras de las que antes os hablaba, las de Stikets no suelen despegarse. Después de mil lavados ahí siguen, con el mismo tono verde alegre y sus dibujitos. Una maravilla, vamos.

Como es lógico, no es ésta la única empresa dedicada a comercializar las odiosas etiquetas. Internet nos ofrecé varias opciones a valorar, somo Soyde, Marcaturopa.es, Petit Fernand o StickerKid, aunque son algo menos económicas.

¿Alguna de vosotras ha probado estas etiquetas? ¿Cuál ha sido vuestra experiencia?

También me han hablado de sellos de caucho con tinta específica para marcar textiles, ¿alguien puede decirme si funciona? Podría ser interesante para la ropa interior, aunque los precios que veo por la Red no son especialmente económicos para probaturas.

Os deseo a todas (y todos) un feliz arranque de curso sin mocos ni piojos...
¡Y que las etiquetas os acompañen!