viernes, 15 de enero de 2016

Un niño en el Congreso

Llevo dos días leyendo sobre conciliación tanto dentro como fuera del entorno bloguero maternal. ¡Por fin! Y todo gracias a Carolina Bescansa. Una mamá valiente y aguerrida por llevar a su bebé al Congreso y darle allí de mamar para protestar por la pseudo conciliación que apenas existe en España. Una oportunista que ha utilizado a su hijo para el puro postureo cuando puede dejar al bebé en la escuela infantil de la que disfrutan sus señorías. Una señora que ha optado por la lactancia materna a demanda y que, por tanto, no puede separarse de su bebé. Una máquina de noticias sensacionalistas que le dio todo el protagonismo a Podemos... mil y una opiniones han corrido por la red para definirla. Y es que, ya se sabe, en este país somos muy de opinar y criticar por todo, a veces sin conocimiento.

Imagen extraída de Círculo Atenea

¿Que ha sido pura pose? Es lo más probable, aunque eso sólo el tiempo nos lo dirá. Si, como ella dice, está fomentando la crianza con apego y la lactancia materna exclusiva (recomendada por la Organización Mundial de la Salud hasta los seis meses, no lo olvidemos), el peque seguirá compartiendo escaño con su madre unas cuantas semanas más. ¿Que es un error exponer así a tu hijo? Pues no lo sé. Pero es su decisión como madre, tiene derecho a equivocarse, como nos hemos equivocado todas y todos los que tenemos hijos en lo que respecta a su crianza. Y, aunque no nos lo creamos, es algo en lo que los demás no tenemos por qué meternos.

Yo, por mi parte, aprovecharé esta situación para seguir hablando de conciliación. Como lo han hecho muchos, sí. Quiero pensar que ese era el objetivo de Bescansa, cuyo partido dejó el otro día en la Cámara Baja un comentario evocador: “Hay que favorecer que estas tareas dejen de ser un asunto privado que las mujeres tienen que resolver por su cuenta en la invisibilidad”. Porque, al final, los padres nos hemos acoplado a lo que nos da el sistema y muchos terminan renunciando o a sus carreras profesionales o a ver crecer a sus hijos. Es difícil que ambos caminos vayan paralelos entre sí.

Está en la mano de los diputados y de nuestro futuro Gobierno generar normas que ayuden a las parejas a poder criar a sus vástagos sin descuidarlos en sus primeros años de vida (y sin tener que llevárselos a su lugar de trabajo, que nadie se quede con lo supérfluo); leyes y ayudas que fomenten, por ejemplo, las guarderías en zonas de oficinas, el teletrabajo y los horarios racionales; jornadas de tarde en los colegios públicos que vayan de principio a fin de curso (la reducción del horario en junio y septiembre es un auténtico infierno para conciliar), y que los niños puedan quedarse hasta una hora relativamente tardía sin tener que depender exclusivamente de las extraescolares organizadas por Asociaciones de Madres y Padres que apenas se pueden sostener por falta de efectivos (¡porque sus miembros también son madres y padres que trabajan!)...

Cuántos nos hemos visto en esta situación alguna vez (por alphalight1)
Alucino como en un país como el nuestro, en el que prácticamente todos (los que son padres recientes) saben manejarse con internet, no haya más opciones para trabajar desde casa o desde cualquier otro lugar. Con un buen dispositivo móvil uno puede gestionar mil datos mientras espera que su hijo salga de clase de inglés. ¿Y quién no pueda echar el cierre antes de la hora de salida del cole? Fomentar un cambio cultural de cierre temprano de comercio, como ocurre en los países nórdicos, es muy complicado, pero no estaría de más plantear mejores ayudas y bonificaciones específicas para potenciar el comercio online y que uno pueda estar pendiente de pedidos y proveedores vía smartphone mientras le da la papilla a su churumbel. O para que los padres de familia puedan contratar durante unas horas a una persona que atienda su negocio mientras ellos están con sus hijos.

Ahora mismo un autónomo con un hijo menor de 7 años o algún familiar en situación de dependencia puede acogerse a una reducción del 100% de su cuota por contingencias comunes durante 12 meses si se reduce oficialmente la jornada y contrata a alguien a jornada parcial (al menos, un 50% de la jornada laboral). Sin embargo, todavía no he sabido de nadie que lo haya hecho, y a los que se lo han planteado no le han salido las cuentas (si hay alguien en la sala que se haya acogido a esta ayuda, éste es su momento de darme una colleja).

Ójala la imagen de ese pequeñajo en el Congreso sirva no sólo para dar visibilidad a un problema que gran parte de la población (bien en formato padre, hijo o abuelo) sufre en silencio mientras piensa que es lo que hay. Fijémonos en nuestros vecinos del norte y aprendamos de su experiencia para lograr que nuestros hijos puedan crecer con sus padres.

1 comentario:

  1. Creo que tus comentarios son muy acertados, pero al vivir fuera estoy consiguiendo otra perspectiva: la de un pais en la que para tener hijos hay que ser supermujeres. En USA no tienen vacaciones pagadas obligatorias (no, no existen), no existe la seguridad social (podriamos hablar largo y tendido del Obama Care), y el coste de las guarderias es prohibitivo. Tras ver todo este panorama, supongo que veo las cosas desde otro punto de vista. Creo que queda mucho, muchisimo por hacer en este aspecto, pero tambien creo que tenemos la suerte de vivir en un pais donde todavia se respeta (algo) a la familia. Un beso fuerte!

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